4 abr 2009

Persiguiendo al sol...


Kenny, Umi y mamá Misty tomando un típico baño de sol matutino ^-^

Misty, la mamá de mis perros está gorda, así la encontré ahora que llegué a Escuinapa. La buena vida, supongo. Después de todo mientras ellos tengan comida en sus platos son ingenuos y las crisis financieras se arreglan con una movidita del rabo. Vida de perros. Supongo, también que se debe a la vejez, hasta pienso que esta etapa de su vida le sienta muy bien, anda juguetona y alegre. Una adulta en plenitud (y media drogada diría yo).

Pasando a otras cosas, es común que me ausente del blog más de lo normal durante vacaciones y la razón de eso ya la he pensado otras veces; resulta que este blog fue creado cuando me fui a vivir a Culiacán por primera vez, hace casi dos años y su objetivo era mantenerme despierta y entretenida en un lugar donde yo no encajaba. Me creé este paraíso desierto para moldearlo a mi gusto y hablar aquí de todo lo que me interesara hacer y eso es lo que he hecho, pero he notado que estando en casa, mi verdadera casa, en este pequeño pueblo olvidado entre tantos cerros, la necesidad de escribir se disipa, de hecho estoy escribiendo esta entrada más como una obligación que como una necesidad. No tengo ganas de escribir, porque no tengo idea de que es lo que quiero plasmar. En este momento estoy tan contenta que hay veces que olvido que los momentos felices también tiene cabida en este blog. Lo que pasa es que esos momentos felices suelen ser más pequeños de lo que imagino o de lo que puedo ver, como por ejemplo, esa rutina matutina de encontrarme a mis perros en el patio trasero persiguiendo al astro rey para tomar sus ya clásicos baños de sol que tanto les gustan.

Ellos son así y hoy he recordado aquellos tiempos en que esto me parecía tan común que no causaba ninguna impresión, hoy es diferente.

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