14 abr 2014

Sigo sin saber de qué va todo esto. :D

Mientras tanto, en el cielo de mi patio. 
En febrero noté algo curioso que raramente me había sucedido antes desde que tengo este blog: tenía suficiente material guardado en la sección de borradores como para publicar poco más de un post a la semana durante un mes. Aproveché el momento para editar escritos que tenía almacenados desde hace meses, responder algo del Reto de 30 Días, uno que otro meme desperdigado por ahí, acomodarlos, darles orden y ponerle una fecha específica para que fueran publicados automáticamente. De esa manera me pasé más de un mes de vacaciones bloggeriles y sin poner un píe en la arena de esta orilla... peeeero, el break ha terminado. Esta mañana me he dado cuenta que abril está en plan suicida moribundo y yo sencillamente no he dado señales de vida por aquí en todo este tiempo, así que traigo un resumen de lo que he hecho estos días (en realidad sólo he procrastinados con amor y los próximos post únicamente hablaré de un documental, un programa de televisión y una saga de libros, que fácilmente comprimen todo mi tiempo perdido y no me arrepiento de ello).

Antes que nada creo que vale la pena dejar constancia que entre febrero y marzo he desmantelado mi habitación hasta dejar únicamente lo necesario y aquello que es difícil de guardar. Por las ventanas se cuela el polvo de una de las calles más transitadas de la ciudad y nadie creería la cantidad absurda de tierra que hay al finalizar el día. Y todo esto sucede mientras las ventanas están cerradas, si las abriera y dejara que las motas de polvo se pasearan como Pedro por su casa aquí habría tormentas de arena y cosas más perversas retenidas en los muebles. Una de las cosas que más me ha dolido guardar ha sido mi colección pequeñita de los rompecabezas 3D de la compañía china Cubic Fun. Adoro armar puzzles, y estas joyitas económicas y hermosas, que compré cuando vivíamos en otro departamento (donde el polvo era un mal chiste y un mito), abarcaban un mueble entero de tres niveles de los que emergían grandes y esplendorosos el Capitolio de los Estados Unidos, la Catedral de San Patricio de Nueva York y la Basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano. Me ha dolido hasta el alma, porque cosas así merecen ser exhibidas y presumidas por todo lo alto, pero sencillamente jodía verlas rebosar de tierra y era una misión maratónica mantenerlas limpias, así que preferí guardarlas en sus respectivas cajas hasta mejores tiempos (cuando construya una cúpula al redero de mi casa, obviamente xD).

Sin ir más lejos, se me contraen las entrañas sólo de ver lo polvoso y cenizo que ha quedado El Astrónomo un año después de la mudanza. Aquel rompecabezas que me regaló mi tía hace mucho tiempo colgó de la pared de mi antigua habitación y brilló con pintura fluorescente cada vez que una mota de luz rebotó en su cristal. Me dormía viéndolo. El brillo que alguna vez tuvo a la luz del día se esfumó hace muchos soles. Si no fuera por aquel post en el que hablé de su existencia probablemente hubiera olvidado ya la amalgama vistosa que alguna vez albergó. La versión 3D del Titanic ha sido la excepción, al ser largo y no tan ancho he podido colarlo en el librero de la sala, junto al resto de mis libros que, dicho sea de paso, venía con cristal incluido (me refiero al librero, no al barco).

Sí, ya lo sé, este es un problema del Primer Mundo y debería sentir vergüenza de andar por la vida quejándome de absurdeces como estas. :D

Umi y Maru se enfermaron, en ese orden. Primero ella y luego él. Nuestra perrita de 11 años jamás se había enfermado en la vida, así que me resigné a que tal vez se iría a tocar el arpa con los ángeles antes de los 12 (soy la mar de pesimista, ¿ok?). Pero no, Umi está vivita y coleando. Mientras escribo esto está comiendo un palito de carnaza después del baño que recibió esta mañana, y se le ve feliz y sana. No sé cuánto tiempo durará así; no quiero ser egoísta, ha vivido más de lo que cualquier perro ha soportado conmigo y se lo agradezco profundamente. Ha cumplido su misión de compañía fielmente durante más de una década. Para ella no quiero ni una pizca de dolor, ni centímetro de sufrimiento. Mientras sea feliz, mueva su rabo alegre y pueda comer y caminar la mantendré a mi lado, cuando ya no pueda hacer eso sabré que es hora de decirle adiós y estoy en paz con eso, jamás le exigiría más de lo me podría dar. Cuando le llegue el turno de partir, me encargaré que no sufra. No se merece eso. Por lo pronto, que haya mil días de luz y alegría para Umi, y un platito de comida frente a ella cada tantas horas. :)

Maru probablemente enfermó de lo mismo que su mamá perrita, alguna infección en el estómago or something like that y recibieron el mismo tratamiento con un par de días de diferencia, pero él tuvo una recaída días después y siguió malito, probablemente de otra cosa. Su estado fue delicado pero el muy bestia se recuperó una semana después y ya está dando lata como siempre. Y he quedado embargada y endeuda con los países ricos por las próximas décadas.

Prometo que algún día verteré mi opinión respecto a Breaking Bad (obra maestra, eso sí) y recibirá el homenaje que se merece de mi parte, porque la he adorado a rabiar y porque tengo la firme convicción de volver a visualizarla antes de que termine este año. Ahora no, porque toda mi inspiración ha sido exprimida hasta la última gota por culpa de los post que hablarán de Cosmos y Tormenta de Espadas (CDHYF III). Breaking Bad es una serie que vale en oro cada episodio de sus temporadas y se posiciona por sí sola como una de mis cinco series de televisión favoritas ever así que: All Hail the King! Para opiniones extraordinarias sobre ella me quedo con ésta y ésta otra.

Algún día también les hablaré de D’Artagnan, el mosqueterito perruno que custodia las puertas de un falso castillo sinaloense desde hace cuatro meses. :)

No he visto Castle ni The Mentalist desde diciembre del año pasado. La culpa la tiene Sherlock (what?!) que me agotó todas las ganas de ver cualquier serie de televisión cuando estrenó su tercera temporada. El asunto se alivianó un poco el día que me decidí ver Breaking Bad y Game of Thrones pero no he regresado con Castle y The Mentalist, ni tampoco he visto la season finale de Sleepy Hollow, ni la segunda temporada de Hannibal. Ahora esperaré que clausuren sus respectivas temporadas y así evito hacer la espera semanal con sus interminables breaks. :)

Los próximos post (en los que hablaré de Cosmos y Tormenta de Espadas) lo publicaré en los días siguientes. De hecho tenía pensado que se publicaran en esta misma entrada pero, separando la publicación del documental y la de la serie, me he dado cuenta que esta última llevo más de 8 páginas a cuestas y sólo he hablado de cuatro de los diez protagonistas que muestran su POV en el libro y no asimilo mi atrevimiento... Básicamente lo que escribiré será un ensayo, así que sobre aviso no hay engaño, ¿eh?

No esperen demasiada coherencia en esto; no la tiene. Estoy medio drogada y cansada como para estar consciente de lo que estoy escribiendo. Amén.

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