15 abr 2016

Breves instantes asociales en Instagram (@lindakml88)


"Después de todo, la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida" (Mario Benedetti). Fue la primera persona, fuera de mi familia, que creyó en mí. La primera, de entre muchos, que vio un potencial en mi manera de escribir que pensó lo valioso que sería verlo impreso en papel. Siempre creí que mis familiares apreciaban mi manera de escribir por eso, por ser familia, pero cuando un periodista de mi ciudad me escribió un correo, ya perdido en el tiempo, para señalarme la facilidad de palabra que tenía, fue la primera vez que me sentí importante. No lo digo con el egocentrismo de creerme superior al resto, sino con la humildad de quien siempre ha tenido la autoestima enmarañada en el lodo y esculpida con miseria. ¡Gracias por creer en mí, señor! Por enseñarme la importancia de las palabras, de lo poderoso de su mensaje, de la tinta indeleble del pensamiento y la memoria. Gracias por ser un periodista excepcional, un padre ejemplar, un magnifico esposo, un excelente amigo, un ángel en bicicleta (si mi entrañable D’Artagnan aun ladra por los campos del valle escuinapense, es por gente como usted). Gracias por las publicaciones de mi autoría que usted puso en periódicos. Gracias por el consejo siempre latente, los elogios enmarcados en sus labios y aquellas entrañables conversaciones por las noches donde hablábamos de escritores muertos y la soledad que nos embriagaba por su ausencia. PD: Sepa de antemano que, en aquella carta que se publicará algún lejano día después de mi muerte, usted está incluido ahí. SIEMPRE ESTUVO INCLUIDO AHÍ. PD2: Si se pasa por el Parnaso, patria de poetas, le da aquel mensaje onírico a Federico García Lorca. El de las flores amarillas y el cielo ribeteado de palomas del que hablamos la última vez. Se van los mejores… pero nos queda la palabra. Au Revoir! Hasta siempre y gracias por el fuego.
A photo posted by Linda Murúa (@lindakml88) on


No puedo dejar de mencionar, aunque sea brevemente, el frágil y corto reinado de #Zeus el heredero, príncipe de todo cuanto recorría con su escuálido cuerpecito de 460 gramos. Que quede constancia que fue un costalito de huesos frágiles con alma de guerrero, pelaje negro, botitas blancas y una curiosa mirada felina que se asomaba entre los ojos consumidos por la desnutrición severa y el abandono de quienes años atrás domesticaron a sus ancestros, rindiendo pleitesía a sus habilidades de caza entre palacios erguidos en medio de desiertos, rodeados de esfinges, sarcófagos y faraones. #Zeus llegó a casa ocho meses después de que Maru partiera un día mirando al sur, con el cuerpo consumido por la agonía y la sangre envenenada por la leucemia. Vivió a nuestro lado poco menos de una semana, pero brilló tanto como esas luciérnagas que se asomaban las húmedas noches de verano en el imperio donde Maru gobernó con puño de hierro y tiranía incontrolable. Se va al cielo de los gatos la más frágil y pura de todas sus majestuosas criaturas. Que las estrellas del firmamento guíen el camino del diminuto señor de todos los dioses del Olimpo y todas las criaturas del cosmos, que lo colmen de caricias y sirvan mil banquetes en su nombre. ¡Vuela alto, pequeñito! Y gracias por el intento.
A photo posted by Linda Murúa (@lindakml88) on

"Sin las cicatrices abiertas de tumbas recientes ni las flores de plástico como testimonio de un duelo aún vivo, en el cementerio tan sólo se respiraba la paz de aquellos que murieron largo tiempo atrás. Aislados de los conflictos y los problemas, sólo el hecho de su vida seguía proporcionando el consuelo de una presencia humana en las cumbres solitarias de una tierra vacía." ¡He terminado Atrapada en el tiempo y seguimos con Viajera! (Segundo y tercer libro de la saga #Forastera de Diana Gabaldon respectivamente.) Hay quienes buscan en los libros únicamente una historia que les parezca interesante, aunque peque de superficial y la narrativa sea tan simplista como monótona. A mi me fascinan los libros repletos de detalles y metáforas, los de narrativa atestadas de pensamientos y sensaciones que doten de tridimensionalidad el entorno y los personajes. Gabaldon consigue hacer eso de manera maravillosa y sabe cómo sumergir de golpe en un mundo que en un principio debería resultar ajeno, ya sea la aristocracia francesa de Luis XV o el último esplendor de la cultura de las Tierras Altas de Escocia. Bienvenidas sean las próximas aventuras de su heroica protagonista, entre entornos históricos, caminos pedregosos, estrategias políticas, antagonistas perversos y oníricos viajes en el tiempo. #Outlander
A photo posted by Linda Murúa (@lindakml88) on

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por dejar tu comentario! :)